Sol ardiente, en su cenit tropical bañaba el Cayo, las nubes salieron corriendo y no aparecían por ningun lado, en fin, quise salir a caminar por las montañas de Galicia en un dia soleado a mas o menos 30 grados.
Señores, que diferencia frente a mis caminatas mañaneras. La inclemencia del sol sobre mi, a pesar de mi nuevo sombrero de peregrino (ver y admirar abajo) era como si me pellizcaran contantemente, sudaba a cantaros, y subitamente me di cuenta que a diferencia de las caminatas mañaneras, mis pulsaciones se aceleraron en menos de la mitad del tiempo caminando... ¡estaba en un sauna!!!!
Esto fué una experienca totalmente diferente a mis entrenamientos anteriores, recordé prontamente los consejos de mis monitores Meche y Pancho sobre la importancia de hidratarse... Salí ingenuamnete con mi autoestima de Hulk sin agua ni barras de energía... Qué error... Mi arrogancia me castigó!!!
Llegué una hora y media mas tarde boquendo al primer grifo donde cual camello engullí mas de un litro de agua. Seguí en mi caminar porque quería lograr mis 10 kms (de ida), lo cual logré bastante bien gracias al agua. Abajo foto que certifica e llogro.
Los problemas comenzaron al regreso, desde lo alto del puente veía mi Cayo ( bueno ojalá mio, donde vivo quiero decir) y es aqui en las alturas donde comienzo (dos horas mas tarde) a entender la importancia de las barras de energía...
El cansancio comenzó a acompañarme en mi andar. Veía hacia adelante los kilometros bañados de un sol ardiente y esplendido, al rato comiencé a notar que las chicas que se aventuraban caminar con este sol, a pesar de venir vstidas con ropa escasa y sexy (por el calor claro) no me energizaban o daban curiosidad en absoluto... como lo hacen en otras ocasiones...
En ese momento me dije: "Houston we have a problem".
La situacion se hizo critica a la altura del Km 15 cuando comencé a marearme y pregntarme donde está mi Rescue?? Sentí que se me complicaba mi andar, 150+ pulsacones, pies agotados, sudor a chorros, comencé a buscar algo que me diera fuerzas para seguir... en eso recordé unas sillas en el Km 18. Ese fué mi magneto, llegar a las silas y morirme o dejar que mi cuerpo decidiera qué quería hacer.
Lo logré, llegué a una sillas a la sombra.
Cinco minutos sin zapatos, masajeandome los pies, buscando bajar las pulsaciones, buscando las fuerzas para mis ultimos 2 Kms, señores, qué dificil fué... Una vez nos sentamos hay que decidir descansar de verdad, no tipo Pit Stop de Formula 1, porque una vez se arranca en escasos minutos uno esta como si no hubera descansado, a millón como los bolidos.
Bajé el paso, pensaba en la piscina, en el masaje de pies y piernas que me esperaba, terminé hablandole a el dedo medio de mi pie izquierdo pidiendole que aguantara el dolor y se desatara en mi casa, no mas paradas... le decía.
Llegué 4 horas y 13 minutos mas tarde con 2765 Kcal menos...una sed de camello al final del desierto, unos pies en huelga ampollados. Los zapatos y medias se portaron bien pero creo que para no tener ampollas apreté mucho y eso afecto mi dedin.
Esto de meternos a deportistas es mas complicado de lo que uno imagina!!!!
Caminantes, seguimos caminando hacia Santiago asi la naturaleza y los pies se opongan a ello.